Llevabais más de 8 años juntos, tenéis dos hijos en común y os acabáis de separar.
Seguramente esta historia te suene porque la hayas vivido o la estés viviendo en primera persona.
Cada día recibimos numerosas consultas de parejas que están pasando por una ruptura y no saben los pasos qué deben seguir para formalizar su situación, pero ¿te has planteado alguna vez qué es lo que nunca deberías hacer tras un proceso de divorcio? (sobre todo si tenéis hijos comúnes)
Nunca hables mal del otro progenitor
La pareja se ha roto, estamos de acuerdo, pero si tenéis hijos en común, ambos seguís siendo padres y madres y lo seréis durante toda la vida. Los niños nunca deberían escuchar a uno de los progenitores hablar mal del otro (tenga o no razón). Los hijos deben protegerse siempre tras una ruptura de pareja, y la mejor forma de protegerlos es evitando que escuchen cosas desagradables de su padre o madre, cosas que puedan perjudicarles, sobre todo psicológicamente, en el presente y futuro.
No utilices a tus hijos como moneda de cambio
Ya sea durante el proceso de separación o en el día a día una vez formalizada la situación. Los niños son muy vulnerables y, aunque la pareja se haya roto, el sentimiento de familia debería permanecer intacto por el bien de vuestros hijos, si son lo que más queréis ¿por qué se les utiliza para hacer daño? ¿Qué pensarán cuando se den cuenta que han sido la moneda de cambio de sus padres?
A los hijos no se les manipula, nunca. Si no estáis de acuerdo en alguna situación, podéis acudir a un juzgado y que sea el juez el que os ayude a tomar una decisión, pero nunca utilicéis a vuestros hijos para conseguir un beneficio.
No quieras ser mejor que el otro
Ese tipo de comportamientos y actitudes también son un indicio de que se están utilizando a los hijos como moneda de cambio.
No se debe competir para ver quién es mejor padre o madre, quién hace los mejores regalos o a quién quieren más. Vuestros hijos os querrán por igual, y os valorarán por vuestros actos y muestras de cariño, no por quien haga el regalo más caro.
Puede que deseemos lo mejor para nuestros hijos y que no les falte de nada, pero es mucho más fácil que eso: sólo tenemos que darles amor, respetarles y educarles con valores
No te olvides de ti
Para querer hay que quererse, y para cuidar, hay que cuidarse.
Aunque tu situación sentimental haya cambiado, tras una ruptura, no debemos olvidarnos de nosotros mismos. Es muy importante tener un espacio de crecimiento personal, de autocuidado (exterior e interior) y de pedir ayuda a profesionales si es necesario.
No sientas que has fracasado
Aunque es un sentimiento duro, es más común de lo que parece. Numerosas parejas sienten que han fracasado en la vida cuando pasan por un proceso de divorcio, y más aún, si son padres. Nada más lejos de la realidad.
Tomar caminos distintos como pareja, no es símbolo de derrota. Vuestros hijos preferirán tener unos padres felices separados que unos padres juntos infelices que estén siempre discutiendo. En la vida hay que ser feliz, y no tienes por qué hacerlo siempre al lado de la misma persona.